Cuando la ví llegar, no pensé que era ella. Hacía tiempo que no la veía pero no me la esperaba tan hermosa.
Nos pusimos al día y pronto pasamos al dormitorio porque tener a una chica tan sensual como ella delante es pecado ponerse a charlar.
Cuando se quitó la ropa, pensé que estaba en el paraíso. Después de devorar todo su cuerpo con la mirada, me tumbé y la dejé hacer lo que quisiera.
Aguanté bien las cosquillas y aunque el francés era maravilloso pronto tuve que decirla que se diese la vuelta, que yo también quería.
No pude contenerme y se lo dije. Tiene un, sino el mejor, culo que he visto en mi vida. Precioso, como toda ella.
Después la dejé que se subiese encima y a partir de ahí, disfruté como deseaba desde el día que la conocí. A solas.
Cuando nos quedaba muy poco tiempo, la medio secuestré (aunque no opuso mucha resistencia) y volvimos al ataque con temor a que ... (eso queda entre ella y yo, que algún secreto me tengo que guardar).
Ardiente, sensual, hermosa, ..., encantadora.
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