Es como la conoce todo el mundo aunque no fue una cita de sumisión sino un encuentro inmensamente placentero.
La conocí en la fiesta de Navidad y con el tiempo te vas dando cuenta que es una persona maravillosa. Independientemente de ese hermoso y provocativo cuerpo que tiene. O que le guste el sexo más que a cualquiera de nosotros y que muchas de ellas.
Disfrutas del sexo hasta límites insospechados.
Y por fin, pude estar con ella pero sólo para mí.
Aunque me seguirá encantando verla y pasar de nuevo momentos inolvidables junto con otros amigos y amigas.